¿Cómo vamos a cumplir con estos malditos programas de entrega si el equipamiento básico que se nos ha entregado ni siquiera cumple la función para la que ha sido diseñado? Estos malditos camiones modernos solo recorren una fracción de la distancia que recorría mi viejo cuatro latas antes de quedarse sin gasolina. El capataz dice que no importa, pues hay muchas bombas para repostar al otro lado de los muros de la fábrica, pero al final acabas arrastrando el depósito desde el camión hasta la bomba más cercana para repostar, y la del almacén vuelve a estar vacía. ¡No puedo pasarme el día girando la manivela del cigüeñal para luego descubrir que el depósito está vacío! Bueno, a paseo, por hoy ya va bien, me voy a la cama. Tampoco es que haya alguien esperando entrar al maldito cementerio. Harry, si recibes esto, nos vemos en el Damson Templar para tomar una copa.