A quien lo encuentre:
He fracasado. Intentamos morir resistiendo, pero estos demonios no van a permitirlo. Los gritos no cesan. No puedo ignorarlos. No lo soporto.
Tratan a mis hombres como un niño cruel trata a un cachorro, se deleitan con su dolor y me observan todo el rato. Aldéric sigue gritando mi nombre. Gardinier ha dejado de respirar. Es un afortunado.
El suicidio es un pecado, pero el Señor nos ha abandonado, y no voy a darles a esos demonios esa satisfacción. He decidido morir a mi manera.
Te lo ruego, no le cuestes a Aurelie este destino. Dile que he muerto en alguna causa gloriosa y noble y que fui un padre del que estar orgulloso. Ella no ha hecho nada para merecer ese dolor.
Sine Deo,
Cap. Augustin Lefévre