12 de enero, 1839
Estimado Monsieur Florbelle,
Me apenan las noticias acerca del comportamiento inapropiado de su hija, Justine. Esté seguro de que esto ni desmerece su trabajo, ni hace que su idea de la mente desarrollada naturalmente sea menos apropiada como campo de estudio. He conocido multitud de eruditos aquí en Londres que están cautivados por sus hipótesis y declaran que puede ser una de las ideas más importantes de la edad moderna.
Anteriormente se ha indicado que la mente no solo se moldea mediante las experiencias, sino que puede ser azotada por la enfermedad sin previos síntomas fisiológicos. Quizás esto pueda aplicarse a su hija.
Desearía poder dedicar esta carta a consolidar esta idea, pero le escribo por motivo de una solicitud. Requiero que se me autorice la entrada en Algeria, y por tanto necesito el atestiguamiento de algún francés de buena posición social. Estoy seguro de que el nombre de Florbelle podría acelerar notablemente el proceso y otorgarme los permisos que requiero. Me pesa pedirle este favor cuando está pasando por un mal momento, pero si pudiese hacerse cargo de mi molesta petición, estaría en gran deuda con usted.
Su humilde servidor,
Herbert