18 de agosto de 1839
No puedo creer en lo que me he convertido. Una de las chicas se escapó y la perseguí por las escaleras. Le di caza y...
¿Cuánto vale una vida? ¿Con cuántas vidas puedo acabar antes de entregar la mía? Seguro que mataría a un asesino para salvar a un inocente. Pero matar a un inocente para salvarme a mí mismo, me convierte en un asesino despiadado.