Para Amanda Webber, 23 Brackenhill Road, Londres
Querida Amanda:
A estas alturas, ya sabrás lo del accidente y que nuestra situación es un poco delicada. Vamos a caminar por el desierto para ver si podemos encontrar una radio, un pueblo u otra clase de ayuda. Todo el mundo intenta ser valiente, pero en realidad nadie sabe lo que va a pasar.
Quizás aquí se acabe todo, quizás esto sea lo último que sepas de mí. Si es así, lo siento, amor mío. Supongo que es culpa mía por querer vivir una gran aventura. Debería haberme quedado en casa.
Por favor, diles que los quiero. Dile a Susan que es la mejor niña del mundo, y a Alfie, que cuide de su hermana.
Estoy aquí sentado con lágrimas en los ojos, me tiemblan las manos y no sé ni qué escribir. No sé cómo despedirme. No puedo creer que esto sea una despedida. Mi corazón me dice que volveremos a vernos. Aunque no sea en esta vida.
Jonathan