Una estrategia distinta para los pobres, que desconfían de una mano amiga, de un plato de vísceras calientes. Para ellos, hemos creado la desaparición nocturna.
Más eficiente y menos visible a la hora de recoger a los rezagados y perdidos, la retirada de comunidades enteras con un solo barrido. Que la tierra se abra a su paso y que se los traguen las fauces. El mes pasado, al activar las puertas un cálido domingo poco después de medianoche, obtuvimos cincuenta y siete productos de una tirada.
He dado instrucciones en el taller de que inicien los preparativos para un festival callejero antes de que acabe el verano, para llenar los callejones de multitudes, cientos de pares de pies. Hemos empezado a preparar una red de calles falsas y hemos ampliado los rediles de confinamiento. Vamos a añadir una segunda línea porcina para que el sistema pueda hacer frente a este incremento de tráfico.